El gato, versión express

El gato y yo somos gente de nuestro tiempo. Vivimos acelerados como raudos roedores que, tan rápidos como poco estables, corretean por todas partes y de todo picotean.

Así, hace ya tiempo que al caminar de este blog le venimos uniendo toda una panoplia de actividades cibernéticas variadas de diverso pelaje. Tenemos una frenética actividad en facebook, donde enlazamos nuestra revista de prensa, las citas de lo que leemos, las ocurrencias que nos visitan fugazmente. Subimos a flickr las fotos de nuestras andanzas. Nos hicimos una cuenta de twitter para poder seguir febrilmente las novedades de otros felinos en los que confiamos. Nos pasamos la mañana mandando a los menos interconectados los links de las cosas que nos sorprenden.

Nos encanta hacer eso. Como estamos todo el día leyendo, viendo, oyendo, nos gusta compartírselo a amigos y compañeros: que los recortes que vamos troquelando pasen de mano en mano, que los afines comenten, que los distintos discutan, que una cosa lleve a la otra, que el collage vaya creciendo y creciendo sin casi darnos cuenta.

Unos meses atrás, un amigo que vino de visita nos riñó un poco. Nos dijo: “es una pena que todas esas cosas que ponéis en el facebook, las noticias y las recomendaciones, no estén en el blog también. Porque, ¿sabes? No tienes por qué escribir siempre esas parrafadas que sueltas. No hace falta, ¿eh? También puedes hacer notas cortas, con enlaces o lo que sea”.

No nos cayó en saco roto. Pero tampoco nos convenció  del todo. Nos gusta el ritmo que tiene este blog: tranquilo, dejándose leer como una revista o una carta, sin mucho ajetreo para no atolondrar ni atolondrarnos. Sin embargo, se nos metió entre ceja y ceja que lo de compartiros ese fluir de información que por ahora estaba relegado al facebook sería efectivamente interesante. Como también lo sería el que de todo lo que vamos consignando día tras día fuera quedando un registro, en vez de perderse en las marismas de la ciberprisa.

Así que desde entonces llevábamos pensando en posibles soluciones con las que dar con un punto medio. ¿Integrar el twitter en el blog? No, los que quieran esas velocidades ya se harán una cuenta. ¿Hacer resúmenes de los enlaces de la semana los sábados por la mañana? Tampoco, se pierde la inmediatez, que es parte de la diversión.

En esas andábamos, cuando Alba, siempre tan eficaz, llegó sin saberlo con la respuesta que buscábamos.

Dijo: “Tumblr”.

No es que se hubiera atragantado o nos estuviera haciendo vudú. “Tumblr” por lo visto era algo y ella se había hecho con uno.

Video killed the radio star. Cuando una pensaba que controlaba el panorama ciberespacial, le salen arañas de los rincones. Hace ya tiempo que los modernos dicen que los blogs han muerto (¡vivan los blogs!). En pleno funeral, les ha salido un hermano pequeño, y es algo llamado, por lo visto, tumblelog. Parece una bitácora al uso, pero aporta rapidez, agilidad: está especialmente pensado para compartir de manera ordenada y sencilla cosas breves, como citas, enlaces, fotos o audios. Es apto para ver en pantallitas pequeñas como las de los móviles y tiene un sistema de etiquetas y conexiones entre usuarios que le da funcionalidades de red social.

Total: que era lo que necesitábamos. El gato y yo nos frotamos las patas de emoción y nos pusimos a trabajar.

El resultado es este: www.expressdelgato.tumblr.com.

Si este blog ha tenido siempre algo de sólida autocaravana, aquél será nuestra intrépida mobilette.

La idea es haceros partícipes, allí, de las noticias que nos sorprendan, los sitios que nos cautiven, las líneas que se nos prendan al corazón, la agenda que nos importa. Será nuestro espacio de apuntes: nuestro blog de notas.

El tal tumblr, según parece, se llevará automáticamente todo lo que publiquemos a facebook y a twitter. Eso quiere decir que los que nos siguen por el uno o por el otro, simplemente verán las cosas como siempre, sin necesidad de entrar en la página ni nada (que ya bastante tienen con lo demás, la verdad). Pero con la ventaja de que los que no usan esas plataformas o no las frecuentan tanto como el minino y yo también podrán seguir la pista de esa hiperactividad enlazadora que nos gastamos cuando quieran, simplemente entrando en el blog. Todo ello sin perturbar con tanto apunte el ritmo más reposado y reflexivo de esta otra casa.

Pues estupendamente.

Hay el riesgo -somos bien conscientes de ello- de que esa vida express vaya ganándole al gato espacio de este otro sillón más tranquilo. Como en la vida misma. No lo creemos, porque ese tiempo ya se lo dedicábamos hasta ahora a actualizar status,  subir tweets, mandar mails y tutti quanti, con mucha menos coherencia y concierto. Pero ya iremos viendo. En el peor de los casos, la aventura nos habrá dejado el registro de algunos días.

Así que nada, amigos. Este tren expresso parte.

Esperamos que nos queráis acompañar.

3 thoughts to “El gato, versión express”

  1. he estado dos días fuera de boloña y -lavín compae no veas- ha pasado de todo .Esto del tumbli -o como se escriba- es total.
    grande gatuna, grande! XDDDD

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