(Artículo publicado en el número 9 del periódico La Marea. También puede leerse en su versión online [en dos partes, I y II]).
Desde que las revueltas populares comenzaron a tomar las calles de los distintos países árabes, la región ha estado muy presente en los medios de comunicación y el interés internacional por su situación no ha dejado de crecer. Sin embargo, la información de actualidad tiende a centrarse en los aspectos políticos o geoestratégicos de los acontecimientos, prestando poca o ninguna atención a la vida que, más allá de los conflictos y sus intereses, continúa latiendo en los márgenes. Por ejemplo, bajo la forma de manifestaciones culturales y artísticas.
Las etiquetas no sirven
Al aproximarse a estas propuestas, conviene prevenir algunos pasos en falso bastante habituales. El deseo de conocer y entender lo que sucede en países como los árabes lleva a veces a esperar de su arte que se ciña a un retrato costumbrista que nos permita entrever sus tradiciones y formas de vida. También es habitual encasillarlo en la categoría de “étnico” simplemente porque su trasfondo cultural es distinto al de quien lo recibe. Pero no toda la música árabe son laúdes ni sus artes plásticas se reducen al mosaico y la caligrafía: el arte no es lo mismo que la etnografía y las manifestaciones artísticas de la región árabe son tan variadas y complejas como las de cualquier otra. Las nuevas generaciones de artistas reciben la influencia de las corrientes internacionales, experimentan con nuevas formas y posibilidades y reinventan los géneros a través de una mirada que, lejos de los exotismos, busca su forma de expresión más idónea.
También es importante recordar que lo que a menudo se engloba bajo la denominación de “mundo árabe” es en realidad un amplio y variado conjunto de una veintena de países cuyos recorridos históricos y circunstancias actuales son muy diversos. Les une sólo una característica: el predominio de la lengua árabe en su territorio. Por lo demás, sus manifestaciones culturales pueden llegar a ser muy disímiles. Vendrán marcadas por un legado que se diferencia en muchos factores: las tradiciones de los muy distintos pueblos que han habitado históricamente cada país, el poso de las colonizaciones de unas u otras potencias europeas, la mayor o menor presencia del islam, el régimen político (que según los países va desde el totalitarismo religioso hasta la democracia liberal)… No es posible reducir el panorama a una mera etiqueta.
Además, el arte de los países árabes se ha encontrado siempre con dificultades para darse a conocer fuera de la región. Debía enfrentar las exigencias de un canon marcado por otras tradiciones culturales, las dificultades que supone entrar en canales de distribución y comercialización gestionados desde Europa y EEUU, y el problema añadido –en el caso de la literatura y del cine– de la necesidad de una traducción que no muchas personas podían llevar a cabo; así como las limitaciones de la libertad de expresión o la escasez de medios en sus propios países de origen. Pero con las innovaciones tecnológicas y la globalización de las comunicaciones, estos artistas cuentan ahora con muchas más posibilidades que hace unas décadas para hacerse oír.
Nuevas formas, nuevas posibilidades
La música es quizá la gran beneficiada de estas nuevas dinámicas. Internet se ha convertido en un escenario global en el que los grupos y solistas árabes pueden dejar claro que sus intereses van mucho más allá de las casillas de “world” y “folk”. Sus registros van desde el rock underground hasta el jazz, desde el rap hasta la canción de autor, y aunque en los países con mayor peso del rigorismo religioso estas nuevas tendencias puedan despertar algunas suspicacias, los álbumes pasan de mano en mano y de clic en clic desafiando prejuicios culturales dentro y fuera de sus fronteras.
Algo parecido ocurre con las artes plásticas. Cada vez más artistas se lanzan a la experimentación, y brillan particularmente en nuevas técnicas como la fotografía o la videocreación. Las principales capitales de la zona cuentan con galerías y museos que amplían poco a poco sus colecciones, y la región del Golfo –con sus grandes fortunas– ha entrado de hecho con mucha fuerza en el mercado internacional del arte y sus circuitos expositivos. Al mismo tiempo, pequeñas propuestas independientes y espacios alternativos dan fe de que la gran escala no tiene tampoco por qué ser el objetivo ni el único camino.
El cine, por su parte, se ha desarrollado de manera desigual según los países. No son muchos los que cuentan con una industria fílmica consolidada y la producción sigue siendo baja. Sin embargo, países como Marruecos, Egipto y Líbano presentan cada año un puñado de películas que van encontrando su hueco en algunos de los principales festivales internacionales.
En cuanto a la literatura, la dificultad que supone la necesidad de una traducción que es inevitablemente compleja hace que su avance no sea quizá tan rápido en nuestros días como el de otras artes –por más que haya sido históricamente la primera en conocerse y estudiarse en el extranjero–. Aunque los expertos coinciden en que la concesión del premio Nobel al novelista egipcio Naguib Mahfuz en 1988 suscitó un cierto boom a nivel internacional, también señalan que el interés ha decaído y los autores árabes que llegan a ver sus obras vertidas a otros idiomas no son muchos. En España, algunas editoriales especializadas como Ediciones del Oriente y del Mediterráneo hacen un trabajo constante de difusión de estas escrituras, mientras las casas generalistas también empiezan a incluir algunos títulos de autores árabes en sus colecciones. En narrativa, este otoño Turner inaugura su colección Kitab, dedicada exclusivamente a la ficción árabe más actual, con traducciones de autores hasta ahora inéditos en español; mientras que en poesía, editoriales como Pre-Textos y Vaso Roto también continúan su labor de acercar a nuestra lengua a algunos de los principales autores contemporáneos, aunque aún con cuentagotas.
El panorama artístico árabe es, en definitiva, amplio y diverso. Como es amplia y diversa también la situación de estos países, cuya realidad no puede reducirse a conflictos y juegos de intereses. Tal vez los poemas y fotografías, las películas y canciones, las esculturas y las coreografías, puedan ayudar a recordarlo.
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LITERATURA
A escondidas, de Sonallah Ibrahim (Egipto)
Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2013. Traducción de M. Luz Comendador Pérez.
El Cairo, 1984: a través de la mirada de un niño que trata de acostumbrarse a su nueva vida tras la muerte de su madre, las escenas cotidianas se vuelven sorprendentes y reveladoras. Mientras, la ciudad se ve conmocionada por la guerra de Israel, uno de los acontecimientos que más han marcado la historia contemporánea de la región.
El pan a secas, de Mohamed Chukri (Marruecos)
Cabaret Voltaire, 2012. Traducción de Rajae Boumediane.
Una nueva versión en castellano de este clásico de la literatura marroquí contemporánea, una autobiografía que muestra en toda su violencia y crudeza la vida de las clases populares del Tánger de los protectorados.
Ritos de jaima, de Limam Boisha (Sáhara Occidental)
Bubisher, 2012
Boisha es uno de los poetas de la Generación de la Amistad, un grupo de autores saharauis que, desde su exilio en los campos de refugiados o en otros países, escriben en castellano acerca de su experiencia y su lucha. En este libro, la poesía y la antropología se dan la mano convirtiendo en texto literario el estudio de costumbres, creencias y vivencias.
Tetralogía La sangre de las promesas (Incendios, Bosques, Litoral y Cielos) de Wajdi Mouawad (Líbano)
KRK, 2010-2013. Traducción de Eladio de Pablo.
Las relaciones familiares, las formas del amor, la identidad y la memoria… Dramas personales que se recortan sobre el telón de fondo de un tiempo marcado por constantes y desgarradores conflictos que gran parte del mundo puede, sin embargo, olvidar en su vida cotidiana.
CINE
La bicicleta verde, de Haifaa al-Mansour (Arabia Saudí)
Esta película, dirigida además por una mujer, es la primera realizada y rodada íntegramente en Arabia Saudí, donde el cine está prohibido y no hay salas de proyección. Cuenta la historia de una niña que, contra todas las convenciones y tabúes, sueña con tener una bicicleta. Esta fábula es una de las pocas cintas árabes que han llegado a la cartelera española en los últimos meses.
Mi majzén y yo, de Nadir Bouhmouch (Marruecos)
Un año después de la eclosión de las revueltas en los países árabes, un joven director marroquí estrenó este documental, que da testimonio del Movimiento 20 de Febrero, que articuló las protestas en Marruecos, y de la situación social que motivaba sus reivindicaciones. La película está disponible para ver online en varios idiomas en la web del proyecto.
Mujeres de El Cairo, de Yousry Nasrallah (Egipto)
Uno de los directores más conocidos de la región se sumerge en el tema de la violencia contra las mujeres. Las historias de diversas protagonistas en El Cairo de nuestros días muestran cómo esta se imbrica con todas las instituciones de la sociedad y está presente incluso en las vidas en las que menos se esperaría. La película puede verse con subtítulos en español en la plataforma filmin.es, que la incluye en un especial de cine sobre Oriente Medio.
Dos metros de esta tierra, de Ahmad Natche (Palestina)
Los preparativos para un festival de música al aire libre sirven a este documental para mostrar una faceta menos conocida del pueblo palestino, en la que la cultura sirve como herramienta para salir del aislamiento y superar la violencia. La cinta se proyecta estos meses en distintos festivales, y aún no ha llegado a las salas comerciales.
MÚSICA
Mashrou Leila (Líbano)
Este grupo de rock alternativo se ha convertido con su primer disco, El Hal Romancy, en uno de los más conocidos de la escena árabe. La voz de Hamed Sinno se eleva sobre los violines, teclados, bajos y percusiones de sus seis compañeros para hacer oír unas composiciones cuyos temas y letras satíricas a menudo despiertan la polémica.
Jadal (Jordania)
Mezcla de tradición y nuevas tendencias, este grupo cuyo nombre significa “controversia” juega con melodías y ritmos tradicionales para hacerlos derivar hacia temas de rock con toques electrónicos. Hace unos meses salió a la luz Al Makina, segundo disco desde su nacimiento en 2003.
Karyma Nayt (Argelia)
Una voz envolvente para letras cargadas de contenido social y político. En su primer álbum en solitario, Quoi d’autre?, los ritmos tradicionales se renuevan en reinterpretaciones que cobran especial fuerza en los directos, en los que Nayt –que además de cantante es bailarina y actriz- despliega una presencia elegante, fuerte y cargada de matices.
The Kordz (Líbano)
Quizá el heavy no sea uno de los géneros más populares en Oriente Medio, pero este grupo nacido a raíz de la guerra civil libanesa ha logrado hacerle un hueco. En su primer álbum, Beauty and the East, las formas habituales del rock progresivo y del metal se dejan empapar por bases y riffs inspirados en la tradición árabe, en una mezcla llena de originalidad y valentía.
ARTE
Galería Sabrina Amrani (Calle Madera, 23. Madrid)
Un espacio de exposiciones que presta especial atención a las nuevas voces que están surgiendo en el panorama artístico del Norte de África y de Oriente Medio. Su impulsora es Sabrina Amrani, una socióloga francesa de origen argelino que plantea su proyecto en torno a una palabra: el diálogo. www.sabrinaamrani.com
Museo virtual de Irak
www.virtualmuseumiraq.cnr.it
El Museo Nacional de Bagdad sufrió graves daños y saqueos durante la invasión estadounidense de 2003. Para su reapertura, las nuevas tecnologías unen fuerzas con el comisariado en un proyecto online que permite visitar, de clic en clic, algunos de los tesoros, incluidas piezas que en principio formaban parte de su acervo pero están hoy distribuidas por museos y colecciones privadas de todo el mundo.
Ayyam Gallery (Siria-Líbano-EAU-Arabia Saudí)
www.ayyamgallery.com
Con sedes en Damasco, Beirut, Dubai, Yeda y Londres, esta galería se ha convertido en una cantera de artistas emergentes de toda la región. Referente del arte contemporáneo del Golfo y el Medio Oriente, su proyecto incluye iniciativas pedagógicas, becas, publicaciones, mediación con espacios culturales internacionales… En su página web se recoge una creciente base de datos de artistas y de obras.
El Seed (Túnez)
http://elseed-art.com
El graffiti se ha convertido en una de las formas de expresión artística urbana más florecientes a raíz de las revueltas populares de los últimos tres años. Este joven franco-tunecino le da una vuelta de tuerca al género, hibridándolo con la tradición caligráfica árabe en lo que ha llamado “calligrafitti”, que adorna ahora los muros de muchas ciudades de la región.
PARA TIRAR DEL HILO…
Jadaliyya [en inglés, francés, turco y árabe]
http://culture.jadaliyya.com
Esta revista online auspiciada por el Arab Studies Institute estrenó hace unos meses una amplia sección de cultura, que completa sus contenidos de actualidad y análisis. Autores de toda la región escriben sobre distintas obras artísticas e iniciativas culturales, siempre con un ojo puesto en el contexto sociopolítico.
Aish
www.aish.com.es
Este portal de información en español sobre el mundo árabe concibe como uno de sus pilares su sección “Artes y Culturas”, que ofrece entregas periódicas dedicadas a la poesía, la danza, el arte contemporáneo, el audiovisual, la música…
Mideastunes
www.mideastunes.com
Una plataforma para dar cabida al trabajo de músicos independientes que empleen la música como herramienta para el cambio social. Fundada en 2010 en Bahréin, hoy es uno de los principales recursos para descubrir a nuevos talentos de toda la región. Cuidadosamente diseñada, la página presenta a cada grupo con información, imágenes y una selección de temas que se pueden escuchar gratis.
Reorient [en inglés]
www.reorientmag.com
Editada en Canadá, esta revista online colaborativa dedicada íntegramente al arte y la cultura de Oriente Próximo se presenta bajo el objetivo de ofrecer una perspectiva fresca y moderna y contribuir a cambiar el modo en que se percibe la región.