El otro día fue uno de esos en que regreso del trabajo sin saber muy bien si instar directamente al suicidio colectivo desde el teletipo, o esperar a llegar a casa y hacerlo a través del blog: “piden 17 años para el acusado de estrangular a su pareja por celos“.
Lo que me lleva haciendo pensar casi obsesivamente en ese juicio desde entonces fue algo que dijo el abogado defensor -que, dicho sea de paso, tomó como estrategia el demostrar que la muerta había sido efectivamente “infiel”-. El tal señor invocó, en su petición de pena, un atenuante “por celos”, que podría justificar el que la pena se rebajara al grado menor, de asesinato a homicidio. Read More