El peligro de la historia única

La bruja, que anduvo por aquí, me enseñó una página muy interesante, una especie de caja de regalos donde hay un montón de gente contando -muy bien- otras tantas cosas que valen la pena. Ella me mostró una en la que un indio muy dulce hablaba de cómo los mitos que nutren nuestra imaginación configuran las sociedades y sus maneras de hacer.

Hoy, por una casualidad de esas, vi en un blog que sigo otra referencia a esa misma página. En este caso se trataba de una conferencia sobre algo que me importa y preocupa mucho, que me da mucho que pensar: lo que ella llama “el peligro de la historia única”.

Para acompañarla, un poema que cuelga en mi pared desde que me lo traje de Granada, y que se ha convertido en, por así decirlo, mi libro de estilo.

(Para que no se os pase: tenéis subtítulos en castellano clicando en la pestañita de bajo la imagen y buscándolos). Read More

El miedo del vigilante

Por ironías de la vida esta, después de el cabreo de ayer, el segundo post de hoy también tiene que empezar admitiendo que hay días en que me gusta mi oficio, porque esta mañana -en que volvió a tocarme hacer de pinche del cubridor oficial de la cuestión, , aunque esta vez con meras libretita y grabadora- me la pasé escuchando una conferencia de Roberto Saviano, lo que tuvo su punto.

No os voy a reproducir la sarta de polémicas que desató, que para eso están los periódicos. Ni siquiera me voy a meter en lo cachondo que puede llegar a ser ver tomar apuntes a una horda de polis y picoletos.

Sólo os voy a copiar aquí debajo la frase con la que cerró su intervención el italiano, porque sacada de contexto me encanta. Vaya por esos, tan admirados, que se dejan la piel en las letras porque creen que, efectivamente, a cada grito suyo se tambalea un poco un trono y hay quien se debería asustar.

¿Cómo es posible que una organización que factura 300 billones de euros tenga miedo a un libro? Es que ellos no me tienen miedo a mí ni a mi libro. Le tienen miedo a las personas que me leen. 

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Limites

– Necesito algo imposible.
– ¿Conoce la frase “el límite del hombre excede su comprensión”? Es mentira. El límite del hombre excede su audacia. (…) Nada es imposible, señor Angier. Lo que usted pide es simplemente muy caro.

(“El truco final” [The Prestige])