No se puede ser más francés

La universidad a la que yo iba en París era una muy seria. La gente se ponía traje de corbata para las presentaciones de clase y todo el mundo se tomaba los exámenes como pequeños Juicios Finales. La gente decía de sí misma ser las élites de Francia, y miraba con reverencia las orlas antiguas en las que salían presidentes del gobierno.

Por eso, me acaba de hacer mucha, mucha gracia saber que un grupo de sus alumnos ha puesto en marcha la redacción de una revista erótica.

Read More

Paris, Paris…

No cumplo los consejos de los sabios. Olvido aquello de “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Con premeditación y alevosía. Me voy a pasar el año nuevo a París. Y de paso una semana.

A buscar reencuentros, reconciliaciones, represalias, reincidencias, recámaras, reservados, relatos. Y toda la magia que es allí inevitable. A cargarme de luz para el cambio de rutinas que me espera a la vuelta.

No me llevo ordenador, y con suerte me fallará el móvil. Disfrutad el fin y comienzo de año, de años: yo lo voy a hacer, sin duda :)

  Read More

Aprendiendo de la niña mala

Estoy leyendo un libro que habla, por ejemplo, de cómo cada vez que uno cambia de ciudad puede permitirse cambiar de identidad, inventarse una persona y serla.

Me preguntaba si ahora que he vuelto a Madrid estoy obligada a retomar la máscara vieja o puedo fabricarme una nueva, más a medida de los tiempos que corren. Pero ahora supongo que ya sé que ninguna de las dos va a ser realmente posible. Tierra de nadie.

Al menos me queda la opción de agarrarme a un párrafo distinto, y simplemente esperar que algo permita un nuevo pistoletazo de huida: Read More

Instrucciones para despedir una ciudad

Si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven, luego París te acompañará, vayas a donde vayas, todo el resto de tu vida, ya que París es una fiesta que nos sigue

(Hemingway)

Si organizas una cena de despedida, procura que el Papa interrumpa la circulación. Así podrás llegar tan tarde que nadie olvide tu reputación, y ver de paso una última vez todas las luces de la ciudad mientras buscas desesperado un puente que pueda cruzarse sin que lo impida tanta, tanta policía. Read More

Deber cumplido

Ya ves, yo no sabía que un papel en blanco también corta, que esconde

como filos secretos de navaja.  Y ahora, mira,

la carta que nunca me has escrito llega

en el sueño hoy hasta mis manos

y rompe para siempre este silencio, esparce

el vacío por los cuartos: corta de un golpe

las venas de esta noche inmensa, absurda

donde te espero.

(Berta Piñán)

 

Read More

“Es el fin de una era”

Hace un par de días cruzó los controles aeroportuarios que ponen rumbo a casa la última de las amigas que quedaban aquí que pertenecían realmente al año Erasmus, a aquel septiembre de llegar tarde y sin rumbo a la clase de francés, a aquel octubre de no entender las partes y las subpartes que había que hacer en las exposiciones orales, a aquel noviembre de y-una-para-todas, a aquel diciembre enamoradas sin excepción-culpa de la villa-, a aquel enero de regresos cambiados, a aquel febrero triste, a aquel marzo recuperando tiempo en Amsterdam, a aquel abril sin lluvia pero con café, a aquel mayo de estreses y fiestas. Junio terminó y a uno sólo le queda decir gracias, por haberme dejado sin prejuicios, por haberme ayudado a aprender que, a veces, está bien cambir de idea. Y colgar este poema que debía ir en aquella maleta en un regalo hecho de fotos y de palabras que no dio, como siempre -como nunca-, tiempo a terminar, y seguir sonriendo.

Porque ahora empieza otra cosa. Y no será peor, sea la que sea, pero será otra. Otra. Read More

La chica de los… mk2

Despegada, cacho apaátrida, por qué te vuelves a París cuando empiezan las vacaciones, qué oscuras razones te hacen no volver a casa.

Pues bien, dos.

La primera es que me quedan cuentas por ajustar con la ciudad y sus personajes. Me gusta ser la última del grupo en irse, la que apaga las luces revisando bien que no queda nada dentro. Me quedan fotos, dibujos, líneas, por encontrar. Y qué mejor que un verano para las venganzas emocionales.

La segunda es que encuento qué hacer. Y eso es lo que os cuento.  Read More

La ciudad que se empeñaba en enfrentarse a la fuerza de voluntad

Si es que así no hay quien estudie, coño. Yo venía tan tranquilamente, asfixiándome entre el asfalto y el sol, de no hacer -siempre te lo digo, Laura, mira el calendario antes de salir de casa, no vaya a ser sábado- unas fotocopias en la biblioteca de la facultad, cuando voy y me tropiezo, como si nada, con el Marché de la Poésie. Pues eso, como lo oís. Toda la plaza de Saint Sulpice convertida en un mercado de versos. Que no es lo mismo que decir una feria del libro. Read More