No cumplo los consejos de los sabios. Olvido aquello de “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Con premeditación y alevosía. Me voy a pasar el año nuevo a París. Y de paso una semana.
A buscar reencuentros, reconciliaciones, represalias, reincidencias, recámaras, reservados, relatos. Y toda la magia que es allí inevitable. A cargarme de luz para el cambio de rutinas que me espera a la vuelta.
No me llevo ordenador, y con suerte me fallará el móvil. Disfrutad el fin y comienzo de año, de años: yo lo voy a hacer, sin duda
Imagino que será el síndrome prefindeaño, desde hace un mes ya me he sorprendido en varias ocasiones escribiendo a quien no debía. Y supongo que el hecho de que sean las 2:30 a.m y que por una mezcla de insomnio y aburrimiento me haya puesto a mirar antiguos mails no ayuda.
Tampoco podría decirse que haya sido un arranque del tipo “qué será de esta chica”, porque cuando mantienes contacto con Erika es imposible no enterarse hasta de lo que no quieres saber, y no quisiera pensar que es por ponerme a remover antiguas historias.
Digamos entonces que era solo por desearte un feliz 2009.
Un saludo.
ROcío