Despegada, cacho apaátrida, por qué te vuelves a París cuando empiezan las vacaciones, qué oscuras razones te hacen no volver a casa.
Pues bien, dos.
La primera es que me quedan cuentas por ajustar con la ciudad y sus personajes. Me gusta ser la última del grupo en irse, la que apaga las luces revisando bien que no queda nada dentro. Me quedan fotos, dibujos, líneas, por encontrar. Y qué mejor que un verano para las venganzas emocionales.
La segunda es que encuento qué hacer. Y eso es lo que os cuento. Read More