Trabajo en la calle Espronceda, a cinco minutos del café donde tomaba güisquis Ángel González.
Una lástima no creer más en los presagios.
Trabajo en la calle Espronceda, a cinco minutos del café donde tomaba güisquis Ángel González.
Una lástima no creer más en los presagios.
Qué pena también no creer más en los güisquis.
¡Laura!
¿Trabajas cerca del Kontiki? ¿En qué andas metida? El año pasado, cuando iba a clase de francés, no podía evitar pensar en ese bar al pasar en el 45 por esa plaza de San Juan de la Cruz donde también vivió Alberti.
Barrio de poetas, Laura, como tú.
Hablamos pronto, y nos vemos, suerte con los exámenes.
¡Un abrazo!