He encontrado un tesoro.
Siguiendo un mapa, eso sí, pero el caso es que he llegado a un baúl lleno de películas que son a la vez cartas de países lejanos.
Se trata de “Women’s voices for the muslim world” (“Voces de mujeres para el mundo musulmán”), un pequeño festival online de cortos y documentales en cuya página web pueden encontrarse, íntegras, todas las películas que voces de acá y de allá han ido presentando a la competición. Todas ellas tienen la particularidad de que están realizadas o protagonizadas por mujeres musulmanas, o que viven en países de mayoría musulmana, o en familias de tradición musulmana en otros países, o, un poco en general, están relacionadas de un modo un otro con el asunto.
Es un proyecto de la asociación “Women’s voices now” (“Voces de mujeres ahora”, las tenéis también en facebook y en twitter), que desde hace un año trata, dicen en su web, de, pues eso, hacer oir voces de mujer. “Millones de voces de mujeres a lo largo del mundo están desconectadas entre sí y no se escuchan”, dicen que vieron. Y se pusieron a solucionarlo.
La iniciativa me gusta porque me interesa escuchar realmente lo que dicen ellas. Me gusta también porque, según parece, lo llevan cuatro chicas que simplemente se cansaron de oir tonterías (vamos, que es un lío en el que me podría haber metido buenamente yo, tiene mucho de idiomas comunes).
Me gusta, sobre todo, porque aquí no se trata de mostrar lugares y tradiciones exóticas o reproducir ideas recibidas de siglos de orientalismo y años de miedo. Ni siquiera de desarmar tópicos, aunque lateralmente se consiga eso. Simplemente, gente muy variada, de muy variadas situaciones, talentos y referentes, han metido en unos minutos de imágenes lo que les ocupa, lo que les preocupa.
Me gusta porque siempre me ha parecido fundamental no perder de vista que, frente a las falacias del “estamos en guerra”, no hay mejor antídoto que recordar que ese al que llamamos “otro” tiene un día a día, un mundo complejo, nuestros mismos agobios, y también otros muy diferentes pero tan hermanos. Que ver quién se sigue fijando en el velito -por decir algo- a partir del tercer corto, vaya.
Y me gusta también que tengo la sensación de que a quienes se metieron en el lío les pasó -será cosa del clima mundial– lo que a la protagonista de esa otra cinta de voces que es la película egipcia “Mujeres del Cairo“, que, por más que intentaba contar historias cotidianas y felices, cuentos de amor, no le salían más que manifiestos políticos, reportajes incendiarios.
Una de las cosas chulas de la web es que está muy bien organizada y se pueden repasar fácilmente las películas disponibles y elegir cuáles os interesan mediante las sinopsis (en general adecuadas y precisas) y los comentarios y votaciones de otros visitantes.
Pero por si os apetece una visita guiada que ir degustando a lo largo de las vacaciones, os dejo aquí la selección de mis favoritas. Sin más criterio que el de una que se ha enganchado y se he pasado el fin de semana viendo una película tras otra 😉 Escuchando, muy cerquita, voces de mujeres ahora.
(Nos hablan en inglés, eso sí. Pero como en muchos de los casos son subtítulos ingleses para lenguas de allá y de acullá, se pueden ir leyendo y se lleva bien).
- “Thorns and silk“: dentro de uno de los géneros clásicos de la cosa, que es el “cojo a cuatro mujeres y que nos cuenten como es el día a día en su país” (tenemos a las afganas, las iraníes y las marroquíes en los ejemplos más interesantes), mi apuesta es sin duda éste, que tiene la gracia de escoger a cuatro que, para más inri, se dedican a oficios considerados masculinos. Una taxista, una mecánica, una poli y una camarógrafa en la Franja de Gaza. Toma ya.
- “Sittana“: el retrato de una artista sudanesa que con 83 años cuenta lo suyo en grabados, telas y miniaturas que hacen pensar un poco en ese uso del “arts and crafts” de las feministas (en el que no estoy tan segura de que ella no esté pensando también).
- “The sweet melody of politics“: para acompañar en su campaña electoral a una joven y dulce cantante que decide presentarse a los comicios provinciales de… Kabul.
- Tres metáforas bonitas para no decir “un pájaro en una jaula” y un cuentito sobre otra cosa.
- “Beyond belief“: el viaje de dos neoyorquinas que, después de que sus maridos murieran en el 11-S, decidieron liarse el pañuelo a la cabeza e irse a Afganistán a echar una humanitaria manita a las viudas de allá. Y se tropezaron, claro, con que empezaron a entender algo. Lacrimógeno a tope, aviso.
- “Paradise road“: la minimalista odisea de los pequeños gestos prohibidos. Conmovedor con casi nada.
- “I… am a woman“: no de los más entretenidos pero sí curioso. El empeño de una compañía de teatro por hacer pensar en Pakistán.
- “Carpet drugged” y “Siah Gerd“: dos demoledores reportajes sobre un mismo tema: la adicción al opio de mujeres y niños en las aldeas afganas. (Prefiero Carpet drugged pero vamos, los dos son igual de escalofriantes).
- “Feminin Masculin“: para acompañar a Farahnaz Shiri, primera mujer chófer de autobús en Teherán, en un día cualquiera. O cómo pequeños detalles convierten lugares cotidianos en un reducto en el que el mundo está al revés.
- “Fashioning faith“: imprevisiblemente en mi top 3, un documental sobre diseñadoras de moda “muslim-friendly” en Estados Unidos. Pero es que en realidad habla de muchas otras cosas por el camino. La gente en la que no se piensa cuando se trazan patrones, esas cosas. Por más que la moda nos importe un carajo: lo que se ve es finalmente la metonimia de tanto.
- “1700% project: Mistaken for muslim“: mi sin-duda-Top-2. Un ¿videopoema? a partir del recuento de agresiones a inmigrantes de distintos orígenes “tomados por musulmanes” en EEUU. Recitado potente, danza inquietante y una sucesión de rostros que nos hablan sin hablar, acompañando el goteo de sucesos. Ganas de llorar. Look what you people have done to my people. Por más veces que lo vea, en todas un escalofrío.
- “Value of women?: mi favorito (en fin, si esas cosas pueden decidirse). Simplemente las reflexiones de varias y variadas mujeres afganas sobre su situación y su vida. Tiene mucho en común con muchos de los anteriores pero hay algo que me lo hace especial. Son datos anecdóticos, opiniones como al paso o acontecimientos chuiquititos, pero no sé si es que la directora hizo las preguntas correctas, que dio con las protagonistas mágicas, que supo tocar las heridas fundamentales, o qué, pero el resultado es particularmente limpio, interesante y revelador.
Antes de irme, os dejo un vídeo que es cursilón, lo sé, y para nada de los destacables de entre el conjunto. Un montaje moñas sobre lo que nosécuántos musulmanes estadounidenses querrían decir al mundo. Pero me encanta precisamente por eso que digo: que para desmontar ese absurdo a todas horas repetido de que “somos enemigos”, nada es más eficaz que un “pues a mí no me gusta el brócoli”, un “pues yo voy los sábados a casa de mis padres aunque me sacan de quicio”.
Y precisamente por esa vocación, le hace muy bien de trailer al proyecto.
Me callo ya y os dejo con ellas. ¡Que disfrutéis sus vídeos!
Y, ya sabéis… corred la voz.
Voy a mirarlo ya mismo. Suena muy bien..
Échale un ojo a esto también….: http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=617110
Me acordé TANTÍSIMO de ti!!!!!!!