La ciudad que se empeñaba en enfrentarse a la fuerza de voluntad

Si es que así no hay quien estudie, coño. Yo venía tan tranquilamente, asfixiándome entre el asfalto y el sol, de no hacer -siempre te lo digo, Laura, mira el calendario antes de salir de casa, no vaya a ser sábado- unas fotocopias en la biblioteca de la facultad, cuando voy y me tropiezo, como si nada, con el Marché de la Poésie. Pues eso, como lo oís. Toda la plaza de Saint Sulpice convertida en un mercado de versos. Que no es lo mismo que decir una feria del libro. Read More