Pushing daisies

Lo mejor de que pase el tiempo -y hablamos de ese tiempo del que se habla cuando se dice “el tiempo lo cura todo” o “sólo te hace falta tiempo”- es que, de pronto, en un salto dimensional entre febrero y junio –¿quién me ha robado el mes de abril?-, una puede otra vez escuchar todas las canciones, abrir todos los archivos.

Seguro que me entendéis.

Y entonces, en el arrebato de osadíade un descanso de estudio, descubre que no sólo puede volver a escuchar compusivamente a Joseph Arthur sin que se acabe el mundo, sino que es hasta posible abrir la carpeta prohibida, potencial caja de Pandora. Y ya puestos, dice: “media hora de pausa para comer, voy a empezar con una serie. Sí, con una de las que me grabó diciendo que eran sus favoritas. Venga, con un par, voy a ver el final del capítulo que dejamos a medias para decirnos que ya no más”. Read More

La ciudad que se empeñaba en enfrentarse a la fuerza de voluntad

Si es que así no hay quien estudie, coño. Yo venía tan tranquilamente, asfixiándome entre el asfalto y el sol, de no hacer -siempre te lo digo, Laura, mira el calendario antes de salir de casa, no vaya a ser sábado- unas fotocopias en la biblioteca de la facultad, cuando voy y me tropiezo, como si nada, con el Marché de la Poésie. Pues eso, como lo oís. Toda la plaza de Saint Sulpice convertida en un mercado de versos. Que no es lo mismo que decir una feria del libro. Read More

La edad del óxido

Vamos a inventar una norma: el autobombo está permitido cuando el bombo es colectivo y Sofi Castañón presiona para que le demos vueltas. Así que, a modo de primer acto de este autocolectivombo girante, comentaros que está en marcha desde hace unos días este colorido y veraniego blog, a saber, hoja de ruta de los vericuetos de edición de “La edad del óxido”, una antología que saldrá en septiembre y en la que, como dijo Alba y yo no sé decir mejor, una decena de mangantes entre los que me cuento publicará relatos.

Así que hala, ya sabéis. Si queréis más, pasáos por allí, que a mí esto del bombo me da mucha vergüenza, aunque sea autocolectivo.  Read More

Disparos de resumen

Se acabo la Semana de las Artes. Se acabo incluso la que va despues, y casi las secuelas (a saber, horarios desajustados, alternancia de insomnio y narcolepsia, ataques de nostalgia, otros de rabia, problemas para volver a la vida cotidiana y una cierta obsesion compartida por la mas apuesta parte masculina del equipo).

Y acabadas la Semana y sus congeneres, paso el tiempo suficiente para preparar la huella: si teneis curiosidad y clicais aqui, podreis pasearos por los entresijos de nuestro festival de rock, por el backstage del musical de la escuela, por el picnic-con-techno que mas que montar liamos en el jardin, por nuestras clases de danzas, por los personajes con cuyos nombres os llevo, a los cercanos, aburriendo un mes.

Porque, si, me pase el evento con la camara en la mano.

De los entresijos os cuento otro dia. Ahora solo decir que me perdoneis a la vez mis ausencias y los de los acentos: mi ordenador, despues de irse muriendo de a poco y a ratos, parece esta vez no querer resucitar. Y en este ciber nocturno, se me acaba el tiempo. Nos vemos si haceis el viaje en el tiempo y espacio que os propongo con las fotos: estoy detras de todas! Read More