Flashback

Empecé este año en París y lo acabo casi haciendo maletas. Y suma y sigue.

Entre medias, varios de esos que la gente llama puntos decisivos, pero no se me nota mucho. Acabé la carrera, cumplí doce meses de mi primer trabajo. Por lo demás, todo gira tanto como siempre.

El año Efe, con sus juicios y sus cosas. Pensé que me quería ir a China y acabé siendo la que más cerca se queda del equipo. Las cosas cambian y uno ni lo ve llegar.

El año también de la poesía, con sus festivales y sus gentes. Qué juego tan raro.

Un año de mucho amor y amar mejor. Y esta vez no huyó nadie…

El de pisar Buenos Aires y cantar que veinte años no es nada, y tomárselo a risa. Reencuentros porteños pensados tanto tiempo.

Y Sevilla, Granada, Córdoba, Valladolid. Y la ciudad en llamas que casi acaba con nosotros.

Y Cuba, Argentina entera, la India y Burundi: porque yo también estoy donde están mis amigos.

Vi un concierto de Leonard Cohen y me decubrí enamorada de Proust (¡qué pedante!). Descubrí tantos libros que no me caben en las cajas.

No renuncié a mucho más que algunas viejas cómodas costumbres. No las echo de menos demasiado.

Cada vez quedan menos amigos en la ciudad, pero mantienen el mérito de soportar las cotidianeidades. Luego están los del norte que cada vez me ven menos y me entienden más; los del sur que se han hecho rápidamente imprescindibles; los de París con sus cartas y sus visitas; los de más lejos, siempre en la esperanza. Y mis amados nómadas, que me llaman en los regresos.

La tribu sigue en calma. Mi casa, donde la dejé.

Escribí, fotografié y paseé. No se puede pedir mucho más.

Nadie de cerca se ha muerto.

La casa se llenó de vivencias.

Eché de menos.

Lloré tanto como siempre, pero estuve más tranquila. Empecé a aprender el largo camino de la calma.

Tuve dinero. Me lo gasté.

Parece que aprendí a decir que no a algunas cosas que duelen. No prometo que me dure.

No recuerdo si cumplí o no mis propósitos. No recuerdo si cumplí o no mis deseos.

Tuve más sorpresas que planes, más aprendizajes que certezas.

Y lo que más me alegra: I did it my way. Y, por una vez, eso sólo trajo bendiciones.

Feliz 2009, muy feliz.

A ver qué tal nos sale el próximo.
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Puertollano, próxima estación…

Por maravillas de la técnica, puedo ir en el tren jugueteando con internet. Y el soniquete de la voz de lata (…Córdoba, próxima estación, Puertollano, próxima estación…) me hizo inevitablemente pensar en este poema. Aunque no quiera cantar un poema triste, porque, en efecto, baxemos al sur y buscábemos la lluz, y fo la lluz quien mos topó; pero, en mi caso, la luz que me encontró vuelve conmigo. Puerta de Atocha, próxima estación…

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Batman es indio aruaco

Siempre que me decían seguido cine y Cuba, pensaba en Guantanamera.

Pero ahora eso va a cambiar.

Ahora cuando me digan seguido cine y Cuba pensaré que Batman sobrevuela la isla, planeando tranquilo con gafas de sol. Y un mojito en las alas.

Voy preparando las maletas. De confín a confín vamos a estar todos tol tiempo. ¡¡Guajira Guantanamera!!


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Justicia… poética

Hay un conocido abogado, orondo, engominado. Suele defender en sus juicios los intereses de empresarios y otros probos ciudadanos. Escoge casos mediáticos, casos con víctimas blanco de lágrimas fáciles de sobremesa. Su vocabulario revela con total transparencia su pensamiento. Ya sabemos todos qué pensamiento es.

El caso es que este conocido abogado, engominado, orondo, disfruta lanzando en su alegato final encendidas soflamas contra el terrorismo. Se lanza y sobrevuelan la sala como balas categóricas afirmaciones. Y acostumbra a acabar su discurso con lo que cree el golpe de gracia, el lema de su particular cruzada contra el mal: Read More