Y en otro orden de cosas, pero en esa misma línea de caballo entre el antesdeirse y el despuesdevolver, los aeropuertos, aviones, trenes y metros del regreso me los amenizó un libro prestado por Alba. Uno de estos en los que te ves obligado a reír… mal que te pese:
“¿Vale algo todo esto? ¿Sí, no? Ni puta idea. Me enseñas un corto o una película cualquiera, checa o tailandesa, y te digo sin dudarlo si es buena o es mala. Me juego mi golf a que es buena o es mala. Pero miraba mi escecna multiplicada y era incapaz de emitir un juicio. Decidí darme una prórroga. En todo caso ya estaba hecha la mitad del corto. Había trabajado mucho, un día, y era hora de descansar. Cogí el coche y me fui a hacer turismo por el país. Solo. Me llevé al móvil pero sólo me llamó Olga Tere para preguntarme si sabía algo de Mario Sut. (…) Visité catedrales y museos, pagando, y algunas mujeres, también pagando. Redescubrí los placeres de la vida ociosa, de no hacer nada y de sentirme superior a los demás porque yo no tengo que haer nada. Pensé en Martín y no me dio pena Martín. Me tomé todos los cafés a su salud, a lo largo de la frontera. Hubo un enorme fundido en negro. Me dormí. El cortometraje volvía a parecerme un esfuerzo sin sentido. Vivir, lo demás es mierda. Creo que en aquellos tres meses me gasté tanto dinero que podría haber producido una película.”
(“El talento de los demás”, Alberto Olmos)
Peque-Tros! Al final no nos vimos. Yo con “unas jaquecas” que me tuvieron K.O. durante dos días y tú me imagino que de un lado para otro intentando abarcar todo y a todos. La próxima vez no podemos fallar!! Tenemos una cita con Quique! Mucha Suerte
Sabía que iba a gustarte el fragmento. Sospecho que además en el “conjunto” en el que está se hace aún más significativo. Y en fin, y eso…
Bolaño no tardando, que es mi gran asignatura pendiente. Y París pronto también:)
Me acaba de entrar un ataque de morriña de perfecta desconocida y me he puesto a buscar en mis actualizaciones del último mes para ver si habías dejado alguna huella escondida. Nada. Y entro y veo que has estado “aquí”, que has ido a ver el mar y que seguro que febrero dejó un buen sabor de boca. Y yo mientras, memuerodeganas de ir a París.
C’est la vie
(Cuidate)