Las “50 maneras de ser tu amante” tenían, claro, alas. No sabemos muy bien cómo, pero ya han llegado a París, a Wisconsin, y hasta a Zamora (que por lo que se ve es un Berlín enamorado de Ginebra).
Yo me las encontré en Marrakech tomándose un té y también di parte. Porque claro, de viajes había hablado una. Y mira tú.