Me encanta presumir de amigos, aunque para eso a veces haya que implorarles que me dejen sacar de su escondrijo cosas que no tenían pensado ver la luz. Aquí os dejo, antes de que el que accedió se arrepienta, un poema inédito ineditísimo que dormita en un libro sin nombre.
Que no se apague el sol.
Hoy quiero posponer el mundo y su latido.
Navegaré tu cuerpo entero como un mar
sin línea de horizonte, y no serán septiembres
ni vidas donde no caben más vidas
lo que detenga nuestro avance incontenible.
Pienso en ti y se me ocurren ideas de otro tiempo.
Voy a jugar contigo a ser el sabio persa
que numeró con sílabas de arroz
los cuadros del tablero.
La eternidad será para nosotros
una suma de dones muy sencillos.(Javier Fresán)
Menos mal que tienes el don de la perseverancia y has logrado así que no nos perdamos esto y más.