Dónde estén los yogures, que se quiten el hojaldre, el vino y los pimientos de Padrón

(No intentéis entender el título, va críptico y por mi querido Batman, que hace unas teorías de la leche. Pero disfrutad el texto igual… o preguntadle a él y que os explique)

Y en efecto, un mes más tarde el piloto ha decidido dejar atrás todo, carrera, dinero, un Porsche de museo y Águeda, la azafata de Madrid, echar el ancla en París y si es preciso hacer de garçon de café para estar más cerca de Marie Claude.

No sabe que en ese momento la perderá.

Sí, así son las cosas. Porque si aceptó que se sentase junto a ella en el café y le hiciese una pregunta era precisamente por su condición de piloto -una cosa móvil que se ve en el fondo de los ojos-, es decir alguien como la lluvia del mediodía, efímero, volátil y de improbable recuerdo.

(“Donde comienzan los viajes”, en “Historia de las despedidas”, Pedro Sorela)

2 thoughts to “Dónde estén los yogures, que se quiten el hojaldre, el vino y los pimientos de Padrón”

  1. Mola.
    Reconozco que los pimientos de padrón y vos misma en una sola frase me traen dolorosos -qué tremendo- recuerdos. (Y échale un ojo al artículo de Diego en Diagonal, que va y lo cuenta…)
    muá!

  2. Hola, Laura. Soy Noelia, desde Oviedo. Antes de nada, muchas felicidades por tu libro y por descubrirnos junto a tus compañeros de “la ciudad en llamas” a tanta gente interesante y con tanto talento. He visto tu blog en la reseña de ediciones Hesperya. Aquí va la dirección de cambalache: http://www.localcambalache.org y mi correo personal. Mucha suerte con todo y un abrazo.

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