Yo todos los años digo lo mismo.
Primero, que tenía un profesor que argumentaba que, aunque al respecto hoy por hoy no se puedan realmente esgrimir razones prácticas, propósitos realistas ni casi casi convicciones políticas, siempre es posible defenderla por principios y por estética.
Segundo, que ya puestos a pedir… :
“A menos -proseguí- que los filósofos reinen en las ciudades o cuanto ahora se llaman reyes y dinastas practiquen noble y adecuadamente la filosofía, vengan a coincidir una cosa y otra, la filosofía y el poder político, y sean detenidos por la fuerza los muchos caracteres que se encaminan separadamente a una de las dos, no hay, amigo Glaucón, tregua para los males de las ciudades, ni tampoco, según creo, para los del género humano (…)”
hasta junio no me voy a poder mover de madrid…
¿cuándo marchas tú? ¿planes de verano?
¿lo del año que viene ya es seguro?
p.d.: el tatuaje existe.