A veces se tiene la suerte de estar donde ocurren cosas, con la única tarea de mirar. Cuando supe que tenía la ocasión de venir a pasar en Francia la última semana de campaña de unas elecciones que tienen a media Europa feliz y a la otra media de los nervios, no pude hacer sino lo que recomendaba Chéjov: echar a la maleta un buen par de botas y un cuaderno de notas. Read More