Porque emociones nunca faltan, nada más llegar de Atenas (y previo paso por un mitin, un par de declaraciones a medios, una periodista en el autobús y algunos otros estreses pequeñitos), la novena noche de este tiempo de excepción trajo una visita ilusionante. El Círculo de Periodismo y Medios de Comunicación (bueno, alguna de su gente más activa) estaba en Barcelona. Por la mañana, mientras yo me mareaba en un coche veloz por las carreteras griegas, habían tenido una jornada dedicada a analizar lo que mejor saben: el estado de los medios de comunicación en este tiempo loco, y cómo pensamos que se puede mejorar. Y ahora esperaban, en una terraza del Born, para tomarnos unas cuantas cañas, como en los viejos tiempos.
¿Los viejos tiempos? De eso hace apenas año y medio… Pero año y medio en el que mi vida entera se ha dado la vuelta como un calcetín. Todo eso que ahora parece tan inevitable, tan destinado a ser, no entraba siquiera en los mapas del mundo que habría dibujado entonces. Miro a los rostros de los compañeros y hago un viaje en el tiempo: un viaje de quince meses que en algún modo explica las razones y los pasos que la traen a una aquí, la extraña concatenación de decisiones, inercias y casualidades sin la cual ahora mismo la vida sería muy diferente. Read More