En todos los trabajos se fuma, que decía el otro. O se descansa, vaya, un poquito al menos. Incluso en este.
Y mi modo de descansar, ya sabéis cuál es.
De libro de cabecera me he traído a este viaje una antología de Miquel Marti i Pol en una preciosa edición bilingüe e ilustrada (Un dia qualsevol / Un día cualquiera; Nordica, 2013).
Y así, junto a la ventana, con una cerveza, me encontré este poema, que no he podido sino leer tres, cuatro, siete veces. Y he pensado que eso era lo que os iba a contar de la sexta jornada. Porque es demasiado oportuno para las preocupaciones que nos rondan. Porque quizá las profecías de lo que no deseamos sirvan también para vacunarse.
Mantra nuevo. Seguimos, para evitarlo. Bona nit.