Volver a casa es muchas cosas. Muy exótico, como dice Bunbury. Es máquinas del tiempo, y sonrisas siempre, y un poco de porquénomequedo, y las charlas que ayudan a pasar el invierno, y los planes de viajes, y el miedo a crecer, y los viejos amigos -y los amigos nuevos-. La cerveza y el mar.
Y es, cada vez más, que, como dice el Flaco, Oviedo arde. Y las noches, largas, se llenan de versos, se llenan de música. Nuevas cosas que meter al equipaje. Read More