Cuando cuesta casi todo, siempre ha venido bien mirar por la ventana el anuncio de tormenta y escuchar casi distraídamente a Larralde. Y es que
cuando no se quiere ver
no hay más que cerrar los ojos,
pero no es bueno a mi antojo
ser ciego por voluntad,
castiga más la verdad
en rancho que usa cerrojos…
Tómenselo con calma.
Seguro que de mi charla
nada malo va a sacar,
Si hasta puedo asegurar
que sin tener mucha cencia,
Le va alegrar la concencia
alguna que otra verdad.Verdades que fueron llagas
verdades que alivio fueron,
Verdades que se metieron
con arrogancia salvaje,
Es el grito del gauchaje
que se escucha hasta el cielo.
(La letra completa, aquí. Y para seguir escuchando, en este otro aquí se pueden bajar las dos partes que siguen).
¿Tú sabes que yo tengo una asignatura el día 24 que se llama “comentario de textos hispanoamericanos del siglo XIX” y que el profesor, del que se podrían escribir largos tratados, resume el asunto del examen en una única pregunta con mucha ciencia también que reza: “El Gaucho”?
Ay…
Pues ya sabes… 😉