Pasando el fin de semana en la primera casa que llevó tal nombre para mí, miro desde la cama de mi infancia las paredes en las que a lo largo de años fui pegando fotos, postales. palabras. Es curioso ver como de lejos todo eso que en algún momento representó una vida. Entonces me encuentro, en una esquina casi junto a la ventana, un papel pequeño, verde, que en letras rojas y gastadas dice:
Si no es verdad, bueno o necesario… mejor olvídalo.
Ya veis. Hubo un tiempo en que en efecto ya lo sabía todo. Fue sólo luego que lo olvidé. Pero no tendría que ser muy difícil volver a alcanzarlo.
Ahora un flashback más corto: la ausencia de las últimas semanas. Han pasado muchas cosas. Estuve en Valladolid con el Soldado y escuché muchos versos, conocí a un ejército de ángeles, me conmoví mirando un escenario, a ratos estuve triste y a ratos muy feliz, bebí mucha cerveza, comí muchas tapas, pensé muchas cosas, sentí muchas cosas, paseé un Madrid que parecía otro, dormí poco, subí al norte al tiempo para la puesta de largo de La edad del Óxido y su vino español, aproveché para ver amigos y hacer planes, recuperé cierto libro de un estante, me pregunté cosas, mañana me espera otro largo día en alsa.
Perdonen que no lo haya ido contando: ya les dije más veces que mientras estoy viviendo no me da tiempo a escribir.
Si no es verdad, bueno o necesario, mejor olvídalo.
Lo siento, es demasiado bueno como para no ponerlo en mi corcho y como para no decirte que lo voy a hacer.
Y viene en una época que me viene como el mejor vestido.
Gracias.