Disculpen este par de semanas de ausencia. Una noche el gato se fue a estirarse a otros tejados y cuando volvió se topó con que no sé que lío de servidores, dominios, pagos y etcéteras había llevado a que pusieran su casa en cuarentena. Un jaleo. Así que dejó a Geno encargada de hacer la magia de resurrección de páginas (gracias, miau, ronroneos varios) y aprovechó para tomarse unas forzosas vacaciones de palabras.
Pero ya ha vuelto, y tardará al menos un par de años en volver a pasarle lo mismo. Un día de estos se pondrá a arreglar los problemas-secuela que quedan con las imágenes viejas y las letras malas para miopes, por cierto. Read More