Cada vez lo tengo más claro: la mejor manera de hablar de una cosa, es hablar de otra. Me ayudan en la idea un tomo dos sobre la mesita, algunas canciones, de vez en cuando los artículos de amigos, casi siempre las conversaciones con secretos y no pocos equívocos afortunados. O ver un sábado por la mañana “La strada de Levi“ (“El viaje de Primo Levi”).