Ya ves, yo no sabía que un papel en blanco también corta, que esconde
como filos secretos de navaja. Y ahora, mira,
la carta que nunca me has escrito llega
en el sueño hoy hasta mis manos
y rompe para siempre este silencio, esparce
el vacío por los cuartos: corta de un golpe
las venas de esta noche inmensa, absurda
donde te espero.
(Berta Piñán)