Últimamente parece que todas las cosas importantes de mi vida las deciden manos ajenas (hombres libres con sus manos libres enviando mi destino en un fax, que diría el otro). Y a mí no me queda otra que esperar a que se resuelvan.
Últimamente parece que todas las cosas importantes de mi vida las deciden manos ajenas (hombres libres con sus manos libres enviando mi destino en un fax, que diría el otro). Y a mí no me queda otra que esperar a que se resuelvan.