1.-
Cuando en París hay huelga de transportes, las consecuencias son evidentes: las carreteras de la ciudad se llenan de bicicletas bamboleantes mal dirigidas por hombres con traje, de patinadores torpes e incluso amas de casa en patinete. No es cierto que el metro esté cerrado a las ocho del día anterior ni que los buses nocturnos no funcionen, por otro lado. Y aunque hay clases que se suspenden por imposibilidades varias, la mayor parte de los que deben llegar, llegan, aunque resoplando por el esfuerzo de pedaleos o zancadas.
Como en tantas otras cosas, la mitad de los que hablan de la huelga, no saben bien de qué están realmente hablando.
2.-
Por suerte para ella, es de imaginar que Cecilia Sarkozy tendría un coche grande a la espera en las puertas del Elíseo y no tendría que pasear su divorcio en patinete. En este país de bandera republicana los quioscos se comportan con el presidente y allegados como en cualquier otra parte con la familia real de turno. No hay portada que no se ocupe de los desamores del jefe de gobierno: ¿se hará más querible con esto el hombre de hierro?
El otro día discutíamos entre compañeros de clase si el particular sistema electoral francés se acerca o no cada vez más a un presidencialismo a la americana. Cecilia yéndose -en coche y no en patinete, y no en metro- en todas las primeras, nos ha dado la respuesta.
3.-
Lo de irse en patinete, claro, no podía hacerlo si uno atiende a las teorías de divorcio- mediático-para-eclipsar-las-noticias-de-protestas. Tampoco si lo que uno tiene en cuenta es el frío que empieza a hacer. Es gracioso el revuelo en torno al “lo han hecho para que se informara de ello en vez de la huelga”. Juro y rejuro que aquí en la calle no se hablaba del corazón de Nicolás sino de cómo carajo llegar a casa.
A la gente le importan bastante poco los periódicos, en según qué circunstancias.
4.-
Porque, para protesta importante, ésta, y no se acuerda ni Dios.
5.-
Así que, como en un domingo frío, sin algunos metros, sin patines, de periódicos cansinos y resaca, lo único que se puede hacer es quedarse en casa escuchando música, aquí dos canciones contraperiodiquiles, porque a día de hoy no me apetece nada salir al quiosco a buscar y encontrarme lo mismo otra vez y nada de lo demás. Corroboro: Sarkozy y señora me aburren. Y sus affaires no son asunto mío. Porque si no, seré yo la primera que les esté dando voz a ellos en vez de a la huelga.
Y como que no, que hace, ya os digo, mucho frío para ir andando.
Me encanta cuando París hace de las suyas. Esperaba una entrada con algo más de chica (traducido: me muero por saber qué es lo que París y tú os traéis entre manos).
Pero sí. Yo pensaba que estas cosas sólo pasaban en EE.UU donde se le da mas importancia a los líos de faldas del presidente que a la violencia o al hecho de que sea un país con más reclusos que estudiantes.
(Y lo peor es pensar que si Zapatero y Sonsoles tuviesen una crisis matrimonial aquí estaríamos igual o peor)
Mil bicos!
I hate people like that! They are all crazy! They think they are the coolest and smartest ever. But really they are dumb